Uruguay: otra agenda para los indignados
Desde la salida de la crisis de 2002, el progreso material de Uruguay ha sido muy importante. El crecimiento económico estuvo acompañado de una reducción de la pobreza y caída de la desigualdad de ingresos. El contexto externo favorable fue acompañado de políticas y cambios institucionales que, sin resultar hostiles a la acumulación de capital, ayudaron a mejorar especialmente las condiciones de trabajadores y hogares con ingresos relativos medios-bajos. La ocupación alcanzó picos históricos del orden del 60% hacia el año 2014.
Es importante notar que esta combinación de resultados en un contexto de crecimiento no es obvia ni automática. El antecedente histórico inmediato, la fase de crecimiento de la década del 90, arrojó un saldo de crecimiento económico con aumento de la desigualdad. La pobreza tuvo un comportamiento errático: primero se redujo para luego volver a crecer en la...